J. L. García, Valencia
Si alguien pensaba que la visita a Valencia del presidente del Gobierno se iba a convertir en un acto monotemático contra Francisco Camps para llevar de nuevo su imputación a la primera línea de la actualidad política nacional, deberá esperar a la próxima. Zapatero no dedicó ni un segundo al jefe del Consell, que esta semana ha declarado como imputado por un presunto delito de cohecho en el caso Gürtel. De hecho, tanto el presidente del Gobierno como la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, cedieron deliberadamente al secretario general del PSPV, Jorge Alarte, todo el protagonismo y el arsenal dialéctico contra Camps.
Zapatero no se salió del guión en el mitin central de la campaña socialista en la Comunitat, que llenó la Font de Sant Lluís con cerca de diez mil personas. No habló de Camps. Pero tampoco hizo referencia a los asuntos de la Comunitat Valenciana, salvo cuando se comprometió a salir de la crisis "con un nuevo modelo económico que supere el ladrillo", dijo en referencia al modelo basado en la construcción. "En la Comunitat Valenciana lo sabéis bien, en la que ha primado el dinero fácil y rápido, el pelotazo, especulando y cambiando el valor del suelo para construir y ahora tener viviendas sin vender que no producen", añadió. "Todo ese dinero tiene que ir a actividades productivas, como en la Comunitat Valenciana, que las hay, de siempre y con futuro porque tienen y van a tener el apoyo del Gobierno", aseveró.
Fue la única concesión. Por lo demás, Zapatero centró su discurso en desmontar el argumentario del PP, que plantea las elecciones europeas como un referéndum a la gestión de la crisis del Gobierno Zapatero: "Quiero pediros el voto para el próximo 7 de junio para que demos la respuesta a la pregunta que se nos hace, que es qué mayoría queremos en Europa".
Sobre esta base, Zapatero trató de movilizar el voto joven, para lograr una Europa que "luche" contra el cambio climático, que tenga más becas Erasmus, que "defienda jornadas laborales razonables y los avances en la igualdad de las mujeres" y que "defienda la paz".
Ante la cita electoral, Zapatero confrontó los dos modelos que se votan el 7-J: el PSOE del cabeza de lista Juan Fernando López Aguilar, "que amplía libertades", frente al PP de Mayor Oreja que sólo ofrece "un sermón" y representa "el pasado pequeño y estrecho de una visión de este país".
El presidente describió a un Partido Popular enrocado en las "tesis neoconservadoras de Bush: ni la derecha alemana, ni la francesa defienden esas tesis". Así, mientras "los países del G-20 han apostado por las políticas que condenan la avaricia y apuestan por la inversión para estimular la demanda", el PP de Aznar -"que es el que manda", dijo- está "solo".
Precisamente, Zapatero minimizó el peso de Rajoy en su partido y convirtió al ex presidente José María Aznar en su rival político, recuperando el fantasma de "las guerras ilegales y de Guantánamo": "Esa visión del PP de este país, de unilateralidad, de imponer la fuerza, de que los mercados vayan por su cuenta, de negar el cambio climático, es muy triste para nuestro país".
Otro de los asuntos estrella fue la defensa de la reforma de la ley del aborto, fuertemente contestada por la oposición popular. Ante una ley hecha a la medida de las leyes europeas para proteger a la mujer, dijo el presidente, el PP "dice que es inmoral". "La hipocresía es lo que es inmoral, que un tema tan difícil para una mujer lo intente utilizar con fines partidistas", sentenció. "¿Hasta cuándo vivir con una derecha que quiere imponer su moral y sus creencias?", se preguntó Zapatero tras recordar las manifestaciones contra las bodas homosexuales y el discurso de la ruptura de la unidad de España.
Las pensiones, garantizadas
Pese a la ausencia de comentarios al caso Gürtel, Zapatero sí se refirió al ex ministro de Defensa del PP Federico Trillo, tras la sentencia en el juicio por las identificaciones a las víctimas del Yak-42. No pidió su dimisión pero sí exigió a Rajoy que en el mitin de hoy en Alicante pida disculpas a los familiares.
Precisamente, Zapatero criticó la "falta de seriedad" del PP y de Mariano Rajoy por pedir la dimisión de la ministra de Defensa, Carme Chacón, porque "cogen la gripe unos cuantos militares" -en referencia al contagio en un cuartel de Madrid-, pero sigue defendiendo a Federico Trillo por el Yak-42.
Finalmente y en clave de la crisis económica, Zapatero reiteró su compromiso a no facilitar los despidos ni recortar los derechos sociales. "Yo reivindico la prestación que recibe alguien que está en el paro", aseguró, e insistió en que el sistema público de pensiones "está fuerte" y seguirá subiéndolas.
(Levante,24/05/09)
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