Los ciudadanos tenemos el deber de pagar los impuestos, ya que con ellos se construye la red que garantiza el bienestar social: sanidad, educación, justicia, pensiones, infraestructuras, seguridad pública…pero, al tiempo, también tenemos el derecho de que se gestionen bien y esta responsabilidad corresponde a los gobernantes de turno que son quienes priorizan que se hace con ellos.
Durante años, las sucesivas administraciones del PP en la Diputación y la Generalitat han dilapidado alegremente el dinero que sale de la nómina de los esforzados ciudadanos organizando eventos de toda índole que han beneficiado a opacas empresas de amigos, pero cuya repercusión en el ciudadano de a pie, al menos en su parte positiva, es más que dudosa.
Ahora el Partido Popular, a través de la Diputación y del consorcio Valencia interior nos sorprende con una nueva tasa con la pretendida excusa de reciclar la basura.
Este nuevo gravamen que pagaremos con reciprocidad, porque el primer recibo no corresponde a este año sino al pasado, irá en principio destinado a que una empresa privada construya las plantas de reciclaje.
Reciclar está muy bien y es necesario. No obstante, no entendemos la oportunidad ni la forma de aplicar este nuevo tributo ya que, de un lado, si hay fondos para organizar un campeonato de hípica ¿ Por qué no se deja una parte para reciclar sin cargar más a los ciudadanos? y, por otra, ¿Cuál es la razón por la que todos tenemos que pagar las instalaciones para que una empresa privada haga negocio?
En realidad, todo esto cuadra muy bien con la forma de actuar de la derecha que, como siempre, prima a unos pocos, véase la empresa que gestionará los residuos, pero castiga a la mayoría, los ciudadanos que pagaremos el nuevo canon.
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